Las escuelas de negocios difundieron el concepto de “trabajar a gran escala” como un elemento clave del éxito. Pero luego, en el mundo real, vi que un enfoque en el crecimiento y la expansión trae consigo enormes costos en el bienestar de los empleados, en la experiencia real del cliente, en la sostenibilidad a largo plazo de las empresas y en la salud de nuestro medio ambiente.
En Alma, nuestro enfoque estuvo centrado en la calidad e impacto profundo. Creamos una pedagogía innovadora y la compartimos, de una manera única, con pequeños grupos de estudiantes y profesores. Tuvimos un impacto profundo en una cantidad reducida de maestros, estudiantes, sus familias y sus comunidades.
De pronto llegó el COVID-19. Las escuelas cerraron y el Ministerio de Educación nos pidió que capacitáramos a los maestros de escuelas públicas porque no tenían experiencia con estrategias de aprendizaje remota (en el hogar) y tenían muy poca experiencia con la tecnología. A medida que nuestras comunidades fueron entrando en confinamiento, dimos un giro para enfrentar este desafío.
Las capacitaciones, ya sea para enseñar cómo usar la tecnología de manera efectiva o para inculcar el pensamiento crítico en un plan de estudios regular, se han realizado a través de la plataforma Zoom. Hemos vuelto a capacitar a muchos de nuestros propios maestros para que se conviertan en capacitadores “virtuales” de nuestra pedagogía básica para maestros de escuelas públicas. Mientras antes la distancia física limitaba la cantidad de maestros que podíamos capacitar y el tamaño de la clase, ahora la tecnología ha abierto las puertas a un gran número de personas que se pueden participar sin importar su ubicación (asumiendo que puedan conectarse a Internet).
“De la noche a la mañana” pasamos de ser una pequeña organización benéfica que brindaba educación de alta calidad a aproximadamente 500 estudiantes en comunidades muy remotas, a ser una pequeña organización benéfica que capacita a 15,000 maestros que a su vez son responsables de enseñar a 190,000 estudiantes. Sin buscarlo, pasamos a trabajar a gran escala.
Estoy muy entusiasmado con nuestra posibilidad de tener un impacto en un gran número de niños y creo que la clave del éxito educativo radica en la calidad de los maestros y sus estrategias. Por lo debemos capacitar a los maestros ahora. Pero debemos mantener un «control de calidad», y mantener el toque personal y la cercanía, que han sido el centro de todo lo que hemos hecho hasta la fecha.