Realineamiento COVID-19 – primera parte


Mientras escribo esto, el número de casos y muertes reportados en Perú y Bolivia no se están disminuyendo, y la situación es grave. Trinidad, nuestra base en Bolivia, tiene el mayor número de casos per cápita en el país y el total de casos en Perú los coloca en el décimo lugar en el mundo (el doble de casos que en China). Ambos países están en «toque de queda” pero cuando las personas salen a la calle, no se distancian ni usan máscaras. En éstas comunidades en Latino America, los obstáculos culturales son mucho más difíciles de superar que los que tenemos aquí en Norteamérica. Es el mes del santo patrón en Urubamba, nuestra base Peruana, y ni siquiera las leyes policiales ni militares han cesado la fiestas que se llevan a cabo. Las compras de víveres se hacen en mercados abiertos, lo cual hace que el distanciamiento social sea un desafío. En las comunidades rurales donde trabajamos hay poco acceso al tratamiento médico, por lo que muchos recurren a la medicina indígena. Actualmente tenemos 5 maestros enfermos, y 3 han dado resultados positivos con COVID-19. Todas las escuelas han cerrado y creemos que no abrirán este año en absoluto. A los profesores, como a todos los demás, se les dice que se queden en casa. Además, hay pocas posibilidades de viajar dentro de o fuera de nuestras comunidades. Como resultado, hicimos dos cambios de planes: Primero, hemos asignado una parte de nuestra financiación y algunos de nuestros recursos humanos (incluyendo nuestro camión!) para abordar las «necesidades humanitarias» inmediatas en nuestras comunidades. Segundo, nos hemos comprometido a mantener el salario de todos nuestros maestros y gerentes de proyecto por el año. Dado COVID-19, nuestro personal valora tanto nuestro plan de salud como su cheque de pago. Los profesores participan en sesiones diarias de capacitación a través de Zoom, donde crean nuevos e innovadores planes de lecciones y perfeccionan sus habilidades de enseñanza. Sin embargo, nuestro mayor logro es una nueva iniciativa que hemos emprendido como resultado de COVID-19. Comenzamos a trabajar con el Ministerio de Educación a finales del año pasado en un proyecto que nos hizo capacitar a profesores en ciertas escuelas administradas por el estado. Se trata sobre enseñar nuestro curriculum basado en juegos educativos y pensamiento crítico como parte de sus lecciones diarias. Acabábamos de comenzar nuestro entrenamiento de clases cuando lamentablemente comenzó COVID-19. La respuesta del Gobierno del Perú fue cerrar todas las escuelas e intentar desarrollar un programa de educación en línea. Este es un gran desafío porque la educación en línea es nueva en Perú, los maestros no están capacitados para enseñar en linea, y la mayoría de las personas en nuestras comunidades remotas no tienen acceso a Internet, hardware y/o software necesarios. Además de los problemas de capacidad y accesibilidad (falta de internet, falta de señal de celular, y a menudo falta de electricidad), hay un gran problema cultural y económico: con los niños en casa, los padres tienen prioridades conflictivas entre educar en casa a sus hijos o hacer que sus hijos ayuden con las tareas domésticas o en el campo. Para que el Ministerio de Educación supere estos obstáculos y pueda cumplir con su mandato anunciado, que es centrarse en el pensamiento crítico y basado en conocimiento indígena, parecía imposible. Pero sucede que es exactamente lo que hacemos en Alma. Así que el Ministerio nos vio como una solución a su problema, por lo cual hemos comenzado a trabajar juntos para crear lo que yo pienso que es el mayor re-alineamiento de COVID-19 para Alma, y quizás un cambio radical para la educación en todas partes en Perú y Bolivia. Compartiremos los detalles de las estrategias innovadoras que proponemos en la parte 2 de este blog. 

Alan Harman