La historia de Daniel de Alalay


 

Daniel , AlalayMi nombre es Daniel, mis padre es Antonio Marco y mi madre Sandra Loayza Coronel. Ellos tienen 50 y 45 años de edad. I también tengo un hermano que se llama James con quien me llevo muy bien. Lo quiero. Él es mayor que yo, por lo que se queda en la casa Equino, y está en el cuarto nivel del programa.

 

Cuando tenía un año de edad, mi mamá dejó a mi papá quien bebía mucho y no me vio después. Luego él me dejó con mi abuelo, quien se llamaba Gonzalo Hanover. Yo viví muy bien durante el tiempo que estuve con él, pero cuando tuve 7 años mi mamá volvió y me recogió. Yo no quería ir con ella, yo estaba bien con mi abuelo porque él nos quería mucho y teníamos lo que necesitábamos.

 

Una vez que mi mamá me llevó a casa, ella me hacía limpiar todo el tiempo y no me dejaba dormir en la cama, en vez de eso me hacía dormir en el piso junto con mi hermano Jaime. Muchas veces ella no nos daba de comer, y cuando nos daba solo las sobras ella quería gritarnos. Ella siempre me golpeaba con un palo y me decía que no me permitía morir porque nunca permitiría que me vaya.

 

Bueno en el 2011 yo me fui de casa, estuve en las calles por un tiempo hasta que me llevaron a la casa de José Soria. No me gustó la casa pero era mejor que estar con mi mamá. Luego, no sé porque pero fui cambiado a la “Casa de la esperanza”. Fue aquí donde mi mamá me encontró y me hizo regresar con ella.

 

Cuando regresé a casa, fue la misma historia que antes, a pesar que ella prometió que no iba volver abusar de mí, ella seguía golpeándome y sin darme comida. Estuvo molesta conmigo porque yo había escapado de casa anteriormente. Como no pude resistir más me escapé de nuevo. Fui a las calles, y la calle estuvo muy difícil. Aquí fue que la policía me cogió y me llevaron a una casa temporal. Hubo un psicólogo que me atendió y me preguntó si es que quería ir a un hogar para niños en vez de estar en la calle. Me comentó que el Hogar de Alalay era muy agradable y los niños eran tratados muy bien. Me dijo que podía estar en Alalay y fui feliz aquí, aunque al principio estaba asustado y no conocía a nadie. Cuando llegué, ellos me hicieron caminar por todo el lugar, me dieron algunos juguetes para la cama y me presentaron a todos los niños y profesores. Todos ellos fueron muy buenos conmigo.

 

Cuando estuve con mis padres nunca fui al colegio. Ellos me sacaron del colegio diciéndome que era una pérdida de tiempo porque yo necesitaba trabajar para ganar dinero para la casa. Ahora que estoy en el hogar, vamos al colegio y hacemos tareas en conjunto y hay gente que nos ayuda a aprender. Tenemos también un salón de estudio y hacemos actividades para mejorar nuestro rendimiento en el colegio con un profesor en el hogar. Es muy bueno y es muy paciente con nosotros.

 

Quiero estudiar para ser un médico porque quiero curar niños que viven en las calles, mi curso favorito es lenguaje.

 

Mis amigos comparten conmigo todo lo que tienen, me prestan sus juguetes y juego con ellos. “Ellos son ahora mi familia” y estoy feliz que mi hermano y yo tengamos esta nueva oportunidad de ser felices.