Usamos una variedad de medidas para evaluar el impacto de nuestros proyectos, particularmente disfruto extraer los datos para contextualizarlos. Por ejemplo, los datos de nuestro curso electrónico de especialización en Pedagogía Innovadora en Perú muestran que no existe una correlación entre las calificaciones aprobatorias y los docentes en escuelas rurales o urbanas, la conectividad a Internet o el tiempo que pasan en línea. Lo que eso significa es que estructuramos nuestro curso electrónico de una manera que elimina el acceso a Internet como una barrera para el éxito. Más de un maestro rural incluso menciono en la encuesta de salida: “por primera vez los maestros rurales son tratados como iguales a los maestros urbanos”.
Sin embargo, en las últimas semanas al entregar las certificaciones de especialización a los docentes, los datos de impacto más conmovedores no han sido las especificaciones de nuestra base de datos, ni las mediciones recopiladas a lo largo de la implementación del proyecto. Ha sido el sentarme a conversar con los docentes que participaron en el curso, y escuchar las historias de cómo una estrategia específica abrió un debate en el aula; o cómo la inclusión de un determinado mensaje atrajo a los estudiantes a la lección de una manera que nunca habían visto. Estoy acostumbrado y aprecio los “gracias”, pero con el proyecto de curso electrónico he notado que el agradecimiento es mucho más específico. En lugar de un “gracias por la ayuda” general, se centra más en los resultados académicos en el aula: “cuando usé esta estrategia, sucedió esto”.
Este año, en respuesta a la demanda de docentes y administradores, continuaremos con nuestra especialización acreditada en Pedagogía Innovadora (ahora dirigida por las autoridades educativas regionales y asistida por Alma), pero también ofreceremos una segunda especialización en Liderazgo en Pedagogía Innovadora en la que los maestros certificados pueden continuar implementando cambios en sus escuelas, comunidades y redes educativas con todos los diferentes actores involucrados en la comunidad educativa (estudiantes, padres, maestros, administradores, etc.)
Estamos en un punto de nuestro trabajo en el que Alma necesita dar un paso atrás y dejar que los maestros y administradores ejecuten y recreen los programas de capacitación que ofrecemos. A través de las reuniones y conversaciones que he tenido durante las últimas semanas, soy optimista de que hay muchos educadores que están ansiosos por asumir el desafío.
Ian McGroarty
Director Ejecutivo
Alma Children’s Education Foundation